Sé que en algún lugar del mundo, existe una rosa única, distinta de todas las demás rosas, una cuya delicadeza, candor e inocencia, harán despertar de su letargo a mi alma, mi corazón y mis riñones. A esa rosa, donde quiera que esté, dedico este trabajo, con la esperanza de hallarla algún día o de dejarme hallar por ella.